Rodrigo Torres Barriga / Chile


Artista embadurnado consagra la muerte de la memoria

Intensa exposición de Rodrigo Torres

Esta serie de Rodrigo Torres - disponible en la página web rtorres.site - nace, dice él, "desde el dolor de la pérdida de mi hija Camila, hace ya once años, y está inspirada en la mortaja que cubrió su cuerpo en la morgue, que además asocio con el Manto de Turín, considerado por los creyentes como sagrado, aunque está científicamente comprobado que fue hecho en el Renacimiento con alguna técnica fotográfica desconocida". Como los mantos de Torres no provienen de deidades omnipresentes, técnicamente no son divinos, pero él piensa otra cosa sobre lo que significan estas obras. "A pesar de llevar el calificativo de profanos, para mí tienen una dimensión sagrada porque en ellos hablo de mi propia memoria familiar, del dolor, de la vida y de la muerte, de la pérdida y sobre todo, de la muerte de la memoria", agrega.

Los mantos de Torres comenzaron a surgir hace dos años mientras él cumplía una residencia en Svedje, Suecia, con el artista Juan Castillo, quien le sugirió embadurnarse y estamparse de cuerpo entero. "Experimentamos con muchas sustancias, que debían ser orgánicas para no dañar mi cuerpo. Juan pinta con té y me enseñó a hacer concentrados de té que luego mezclaba con café de grano, cúrcuma, concentrado de betarraga, hervidos de raíces, todo cocinado en enormes cantidades de aceites vegetales, hasta conseguir a mixtura adecuada para producir no solo el estampado del cuerpo en la tela, sino los matices precisos para dar apariencia fotográfica en el rostro", afirma Torres. Los lienzos los digitalizó en alta resolución y los intervino con fotos, frutas y llaves, entre otros elementos.

Luego de estamparse, Torres experimentó una rara sensación porque no se reconoció en esas siuetas y en esas manchas que demarcaban el perímetro corporal. "Desde el primer estampado, al retirarme de la tela y permanecer de pie mirando la impronta de mi cuerpo, desconocí al sujeto que había quedado estampado en la tela. Definitivamente no era yo, como si en este acto me hubiera exorcizado y parte de mi ser hubiera quedado atrapado en la tela, hasta sentir un profundo vacío interior.

Fue una experiencia existencial, mística y única. Me he estampado más de sesenta veces y siempre es igual, una experiencia fuerte, pero que fina mente vale la pena".

Fabian Llanca

Cultura - Diario Las Últimas Noticias, edición del 13 de diciembre de 2020



Smeared artist consecrates the death of memory

Intense exhibition by Rodrigo Torres

This series by Rodrigo Torres - available on the website rtorres.site - was born, he says, "from the pain of the loss of my daughter Camila, eleven years ago, and is inspired by the shroud that covered her body in the morgue, which I also associate with the Mantle of Turin, considered sacred by believers, although it is scientifically proven that it was made in the Renaissance with some unknown photographic technique". Since Torres' mantles do not come from omnipresent deities, they are technically not divine, but he thinks otherwise about what these works mean. "Despite bearing the label of profane, for me they have a sacred dimension because in them I speak of my own family memory, of pain, of life and death, of loss and above all, of the death of memory," he adds.

Torres' mantles began to emerge two years ago while he was doing a residency in Svedje, Sweden, with artist Juan Castillo, who suggested he smear and stamp himself full-length. "We experimented with many substances, which had to be organic so as not to harm my body. Juan paints with tea and taught me to make tea concentrates that I then mixed with coffee beans, turmeric, beet concentrate, boiled roots, all cooked in huge amounts of vegetable oils, until I got the right mixture to produce not only the body print on the canvas, but also the precise nuances to give a photographic appearance to the face," says Torres. He digitized the canvases in high resolution and intervened them with photos, fruits and keys, among other elements.

After printing, Torres experienced a strange sensation because he did not recognize himself in those siuetas and in those stains that demarcated the body perimeter. "From the first stamping, when I removed myself from the canvas and stood looking at the imprint of my body, I didn't recognize the person who had been stamped on the canvas. It was definitely not me, as if in this act I had exorcised myself and part of my being had been trapped in the canvas, until I felt a deep inner emptiness.

It was an existential, mystical and unique experience. I have stamped myself more than sixty times and it is always the same, a strong experience, but one that is worth it".

Fabian Llanca

Culture - Las Últimas Noticias Newspaper, December 13, 2020 edition.